Escuela para padres...

Esta semana en una red social leí un artículo sobre una web que había creado una aplicación con la que se puede calcular cuantas veces vas a ver a tus padres antes de que mueran. En principio, la idea me pareció macabra porque considero algo negativo el que alguien vaya dando por sentado, en base a estadísticas, la posible fecha de la muerte de alguien. 

Aunque luego explicaban que a muchas personas esto les había hecho reflexionar y darse cuenta de lo mucho que querían a sus padres y lo poco que los estaban valorando y gracias a esta reflexión se habían puesto en contacto con ellos, bien por teléfono o en persona. Parece ser que, en función de ciertas variables, el número de visitas calculado es cuantitativamente corto… 

Al final archivé el tema como una triste historia de las muchas que hoy día acontecen y esta mañana he despertado pensando que tendría que actualizar la imagen de «los padres» una vez que los hijos se marchan de casa a vivir su propia vida con la única intención de liberar de mi memoria esa idea «entre macabra y tonta» que el otro día apareció en mi pantalla laboral…

Actualizando...

El tiempo de paternidad es un tiempo asociado al tiempo de la infancia y juventud; y es el tiempo que padres e hijos necesitan para ponerse al día en la historia familiar. Traer un hijo al mundo implica un compromiso personal y social por el que los padres (mejor si es de mutuo acuerdo), se comprometen a acompañar al hijo mientras crece y se hace mayor.
  • Personal porque al traer un hijo al mundo de forma voluntaria estás sembrando una idea de futuro que tendrás que cuidar hasta que sea capaz de dar fruto (pensar por sí mismo)… 
  • Social porque la persona que traes al mundo viene a formar parte de una comunidad en la que tendrá que integrarse de buen grado una vez que complete su tiempo de formación. 
La experiencia de vivir en familia o vivir con los padres (los hermanos van en el lote), es la única experiencia que una persona no puede elegir, por lo menos en un principio. De hecho, superar el tiempo/espacio familiar es lo único que necesitas para ser feliz, completarte y poder iniciar tu propia vida.

Por motivos laborales tengo que observar continuamente el exceso de [i]vinculación familiar que existe en nuestra sociedad una vez que las personas se hacen adultas; y no solo es preocupante el exceso de vinculación totalmente innecesaria a partir de cierta edad, lo más triste de observar es la vinculación negativa generada al no superar momentos negativos del tiempo de la infancia y juventud lo que mantiene a las personas enganchadas al espacio familiar, prisioneros del rencor, la rabia, el miedo, etc.

Incluso los vínculos positivos, aquellos que parecen estar basados en el amor, son erróneos pues, salvo si hay intereses profesionales compatibles, lo único que mantiene vinculada, una vez que los hijos se emparejan, la memoria de padres e hijos es el apego al pasado, cosa que SIEMPRE perjudica la plena realización del presente…

Es ley de vida que padres e hijos, una vez se completa el ciclo educativo sigan su propio camino y solo la vida decide si este camino se vuelve a juntar pues padres e hijos, si todo va bien y una vez el hijo es adulto siguen caminos paralelos…

Y los caminos paralelos ¿sabéis donde se encuentran?................

Por eso tengo la certeza de que en el rol de padres e hijos y una vez que los hijos se van de casa, no es positivo encontrarse más que en «contadas» ocasiones y siempre con la finalidad de reiniciar el sistema y siempre a petición de los hijos.

  • Si son los padres los que piden ver a sus hijos ya independizados significa que no aprendieron la lección de vida que todo hijo nos aporta. 
  • Si son los hijos los que piden, sobre todo si lo hacen a menudo, tienen un problema de madurez que, lamentablemente, sus padres no podrán solucionar; al contrario, lo están agravando al permitir que sus hijos vuelvan al nido cuando les da la gana. Es en este último caso cuando la idea de «perder» a los padres (la memoria que ellos guardan a modo de copia de seguridad), genera un gran pesar y cuando se produce dicha pérdida un duelo excesivamente doloroso. 
Cuando el proceso de transferencia emocional entre padres e hijos se ha completado en el momento oportuno la imagen de los padres permanece fuerte y viva en el corazón, inalterable al paso de los años y la distancia; Su presencia constante en tu corazón transciende incluso la llegada de la muerte…


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[i] Concepto de vinculación

Está ligado a la intención que los padres tuvieran al concebir a la persona que llaman hijo. Esta vinculación inconsciente funciona a modo de contrato con la naturaleza emocional y solo puede ser revocada por el hijo al hacerse mayor si hace consciente esta intención y la positiviza convirtiéndola en su lección de vida.




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